jueves, 18 de noviembre de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
viernes, 12 de marzo de 2010
NUEVA PUBLICACIÓN
A LA VIDA
Cuando tengas tiempo para ti,
abre tu pecho al viento, pero sobre todo
abre las puertas a tu corazón;
deja volar las mariposas de la existencia,
no intentes buscar razones a la vida
—ella es su propia razón—
no mires cuán largo es el camino,
piensa que tu andar por si solo
ya es una meta superada,
no mires atrás
ya lo hizo la mujer de Lot,
el futuro es hacia adelante
atrás sólo encontrarás el mar del dolor
viajando en olas de recuerdos;
no juegues a encontrar tiempos idos,
quizás ellos viajaron a playa lejana y olvidada;
no mires a otros para encontrarte a ti mismo,
sólo mira tus manos
y sabrás que en ellas cabe todo el universo,
toca tu corazón y sentirás el mundo palpitando en él,
tu mirar será tan suave y tan dulce
como la mirada inocente de un niño.
Tira la maleta de la amargura al abismo insondable,
no regreses por ella …
el viento de la montaña guardará tu secreto
y al final del camino comprenderás
que la vida es mucho más;
entonces el tiempo será sólo para ti.
A cada persona en el camino
regala una rosa …
y sobre ella una alegre mariposa anidará.
Libardo Campos Gómez
SIMPLEMENTE UNA hOJA
Estos pájaros del paraíso, de ignotas tierras
que desde lejos, muy lejos
quebrando distancias han llegado oteando el paisaje
para anidar en tu alma.
Cruzaron la alfombra de tus sueños
con pasos firmes entre el coro de ángeles,
ondearon el estandarte de ilusiones,
colgaron cada nota de su canto
en el pentagrama de tu inocencia,
recogieron la vida en una copa
para luego a si mismo brindarse.
Oasis en medio de las dunas de extraño desierto,
contemplación en el éxtasis embriagador de los dioses
sinfonía en la morada de los habitantes del Olimpo,
fragancia de exóticas flores,
jardín en espera de su propio jardinero,
cierra tus ojos, tiende tu mano y estrecha en tu pecho
¡esta hoja cargada de poesía!
Libardo Campos Gómez
SIEMPRE DUERMES CONMIGO
Te fuiste detrás del viento
ignorando que yo era el viento,
desplegaste tus alas
intentando un vuelo sin retorno
olvidando que yo tenía mis propias alas,
te sumergiste en las profundidades de la noche
buscando sus raíces sin tener en cuenta
que yo soy el árbol
que le da sombra a tu noche.
Te escondiste en el prisma del arco iris
pero te equivocaste,
yo ya había robado sus colores.
Bajaste al mar creyéndolo dormido
tomando sus colores por sábanas,
te abrigaste intentando burlar el frío,
el calor de mi cuerpo lo creíste desterrado
pero se te olvidó
que yo soy el mar de tus sueños
y terminaste una vez más
durmiendo conmigo.
Libardo Campos Gómez
AL PASO DE UNA METÁfORA
En la garganta de los acantilados
el silencio agoniza apurado por el viento,
la ciudad a medio dormir desde el alba espera,
en lo alto de la montaña, después de vencer la noche,
triunfante, asoma su cara el día radiante.
Sin apurar el paso, cauteloso, rueda cuesta abajo,
diluyendo las sombras de la noche,
sigilosamente entra por las ventanas
corriendo cortinas de penumbras,
soltando destellos de imágenes perdidas.
Cruza el viento raudo, llevando en sus hombros,
un cargamento de silencio dormido,
los espejos limpian su cristal, buscando imágenes,
un mundo de cosas perdidas, sin conocerse ellas mismas
se pelean el mejor rincón, escondiéndose de la nada.
Ya la tarde se prepara para recibir la noche,
fatigado el día, cansado, a paso lento regresa,
el acantilado abre sus puertas al viento
el sol adormita en la montaña,
y yo cierro el libro de mis versos.
Libardo Campos Gómez
lunes, 9 de noviembre de 2009
martes, 6 de octubre de 2009
PUBLICACION
A LIBARDO CAMPOS GÓMEZ
Joseph Berolo
Rindo mi homenaje al hombre y al Poeta
que a la orilla del Gran Rio de la Vida
contempla el infinito de su largo cauce
y se extasía en la estela de su huella.
El sabe de la tarde envuelta en el ocaso
y de la noche el pálido manto de su hondura…
por el sin fin de la tiniebla, sin temor escruta
el mundo de su precoz partida hacia la Nada.
Cuando en el abismo prematuro de su viaje
su corazón moría sin querer partir aun,
amaneció en sus venas el verano ribereño
y en porfía marinera izo el velamen de su nave,
le cantó a la dicha de saberse vivo todavía
y emprendió de nuevo el vuelo hacia la Vida.
Joseph Berolo
Octubre 5, 2009
Bogotá, Colombia